LOS “DESDICHOS” DEL DONCEL

No tendría porque sorprenderme que un político, politicastro o politiquillo, como es el caso que nos ocupa, se desdiga de lo dicho; es lo habitual, pero queda como que bastante peor cuando el prevaricador es alguien, como nuestro Doncel, que se hartó de criticar a todas horas y por todos los medios, las corruptelas de los partidos rivales asegurando, una y otra vez, que si él llegaba a la poltrona presidencial terminaría con semejante práctica de inmediato.

Pues ya está en la poltrona presidencial y las corruptelas, corruptelitas y corruptelazos siguen estando a la orden del día. Porque corruptela es dar a diestro y siniestro sinecuras, prebendas, despachos, puestos importantes a los amiguetes y a quienes debe contentar para pagar el apoyo recibido. Porque corruptela es colocar a la gente no por su valía sino porque para eso está uno al mando, hace lo que le sale de los bemoles y a ver quién es el guapo que se lo va a discutir. Y es corruptela crear un cargo, posiblemente innecesario además, para que Begoñita no se aburra mientras él continúa satisfaciendo a socios y amigos.

La tan cacareada transparencia de la que iba a hacer gala el Doncel se limita, de momento, a que no oculta los nombres de los agraciados con las liberalidades recibidas.

Y mientras tanto, así va el país de mal en peor.

Hay inseguridad ciudadana. Hacen falta más policías, pero no hay fondos… ¿Cómo va a haberlos si hay que llenar tantas faltriqueras con sueldos obscenos?

Ha retrasado el impuesto a la Banca, porque no olvidemos que a la Banca hay que tenerla contenta, de lo que yo, particularmente, me alegro porque, en definitiva, revertería en costos para el cliente, pero es echarse atrás, una vez más, de lo prometido.

No voy a decir nada del asunto acercamiento de presos etarras ¿para qué? Y de que se permita homenajear a un asesino como Santi Potros ¿para qué?

Como es un tema que me produce nauseas, aunque podría enumerar una  retahíla de desaguisados ya cometidos con plena desfachatez por el presidente interino (cosa que convendría que no olvidara, como tampoco que no está sentando en el deseado escabel por votación popular, sino por oportunismo contuberniado) y pueden ustedes enterarse leyendo entre líneas en las noticias de los medios de comunicación, termino esta breve reseña lamentando lo que nos queda por delante mientras el Doncel siga a lo suyo, que es lo suyo, pero no lo de la mayoría de los españoles.

 

NURIA VALLDAURA MICÓ

 

 

 

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